La inmensa mayoría de las lesiones y dolores en el pie, rodilla y cadera del deportista y del corredor tienen un origen mecánico. La práctica deportiva y en especial la carrera somete al pie a miles impactos repetitivos. Es normal que aparezcan en el pie y miembro inferior dolores por sobresfuerzo, sobrepresión o por aumento de la tensión mecánica de las estructuras.
El pie del corredor
Para un corredor resulta muy importante conocer su forma de pisar ya que se trata de un gesto que va a repetir durante millones de veces y que puede producirle una lesión en caso de no hacerlo correctamente.
En la actualidad existen en el mercado multitud de opciones a la hora de comprar una zapatilla para correr e incluso en muchas tiendas se realiza un pequeño estudio con el que nos asesoran para la compra de la zapatilla. Estas indicaciones pueden ayudarnos pero la biomecánica de la carrera es mucho más complicada que definir a un corredor como pronador o supinador.
Hemos de entender que todos los corredores pronan en uno u otro momento ya que en casi la totalidad de corredores la entrada contra el suelo es por la zona lateral (supinando) y tiene que despegar del suelo por el primer dedo (pronando).
El estudio correcto de un corredor nos debe dar datos que permitan cuantificar con precisión las fuerzas, desplazamientos del centro de gravedad, tiempos de simultaneidad entre el talón y el antepié, tensión generada en la fascia plantar, etc…
Para ello en nuestra Clínica usamos sistemas como plataforma de presiones, cintas de correr, que nos permite mediante la tecnología patentada conseguir un molde en Técnica en Directo (TAD) en unas condiciones específicas que permiten replicar el comportamiento dinámico del pie.